Un proceso de Mediación representa hoy en día uno de los recursos más eficientes en la resolución de situaciones problemáticas o de conflictos a través de la vía de la negociación y la conciliación de intereses. La Mediación es sin lugar a dudas, una alternativa sumamente ágil, efectiva y contundente derivado a que gran cantidad de los litigios, en su mayoría, pueden tomar grandes cantidades de tiempo – medido inclusive en años – para llegar a algún tipo de solución, una solución finalmente dictada por la autoridad y que al final del proceso muchas veces no es lo óptimo que se esperaba como final.

Es aquí en donde los procesos de mediación han venido tomando gran relevancia, ya que a través de las diferentes metodologías de negociación y de conciliación expeditamente manejadas por el mediador, conducen a soluciones consensadas entre las partes, negociando sus intereses muy particulares por el camino del dialogo y en sentido de solucionar la situación en conflicto.
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La premisa fundamental para iniciar un proceso de mediación, se sustenta principalmente en el principio de confidencialidad, es decir; todo los elementos expuestos en una mesa de negociación tomarán el carácter de confidencial, salvo que las partes acuerden y acepten lo contrario.
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El segundo elemento que prevalece en todo proceso de mediación es la voluntariedad, es decir; las partes, inclusive sus representantes – letrados – asumen una apertura a la exposición de sus intereses y estar dispuestos a lograr escenarios que alivien las exigencias de intereses. A este aspecto también lo consideramos como una actitud activa, voluntad positiva y apertura para encontrar soluciones que favorezcan las expectativas de las partes involucradas.
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También es importante señalar que en los procesos de mediación, la tercer figura «el mediador» deberá actuar de manera neutral e imparcial durante el proceso. Su figura tal y como lo dice la palabra estará enfocada a abrir las puertas de la negociación, encaminar los discursos de las partes de forma objetiva y dirigir las negociaciones hacia las soluciones que beneficien a todas las partes si estas así lo consideran. El mediador tiene la responsabilidad fundamental de establecer las pautas que faciliten la comunicación eficiente entre las partes implicadas entre sí, con el objetivo de lograr acuerdos positivos y satisfactorios que tengan la aceptación favorable de todos los participantes, allanando las condiciones de conflicto a través del consenso positivo total.
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En Mediación Creativa entendemos la importancia y la trascendencia de la resolución de conflictos mediante un esquema de voluntariedad entre las partes y confidencialidad durante el proceso, gestionando bajo una figura totalmente neutral y de imparcialidad, favoreciendo los mecanismos para que las personas implicadas logren comunicarse entre sí de forma adecuada y con un sentido positivo, a fin de alcanzar acuerdos satisfactorios y aceptados por todas las partes eficientemente.
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